Este escrito esta muy lejos de ser poesía, o de ser un fragmento salido de un momento ocasional, no es amor, no es pasión... Es el dolor intenso que nace de un adiós, la despedida de los planes, simples sueños rotos... Platicarte la diferencia del abrazo primero con la sonrisa emocionada y el abrazo de despedida con la sonrisa de un no te vayas... Es una carta donde puedo reclamarte, las noches de insomnio, la falta de calor, las llamadas inexistentes... Donde puedo ahogar mi grito y mi llanto desesperado... Por que? Que faltó decir? Que faltó hacer? No pude ni mirar tus ojos mientras me abandonabas, estabas conmigo, pero siempre fuiste libre, fuiste lobo feroz, fuiste un gatito apapachado dentro de mis brazos, pero siempre fuiste una majestuosa águila real, con alas fuertes y lo suficientemente grandes para volar lejos, no volví a ver tus ojos... Nunca volviste, te escudaste detrás de la arrogancia... Y te amé con la misma fuerza y voluntad con la que tú te fuiste, te ame por que quise, por que me dio la gana sentirme tuya, creyéndome digna poseedora de tus labios... Y me revienta, sí! Me parte el alma en mil pedazos saber que lo di todo y que mi todo nunca fue suficiente.
Maria Fernanda Gutierrez Aviles
